El Ayuno de Daniel terminó, ¿y ahora?

Usted se casó con Dios, y esta relación debe ser mantenida para siempre. Entiende lo que sucederá de ahora en adelante.

REFLEXIÓN

7/14/20252 min leer

El Ayuno de Daniel ha llegado a su fin. Durante 21 días, tomaste decisiones conscientes sobre qué escuchar, ver y leer. Con determinación, te distanciaste no solo de la información secular, sino también de los hábitos e influencias que dañaban tu relación con Dios. Durante este tiempo, oraste más, meditaste en las Sagradas Escrituras, ayunaste y pusiste en práctica tu fe. Todo esto con un objetivo claro: recibir el Espíritu Santo. Después de todo, no solo querías escuchar sobre Dios, sino conocerlo verdaderamente.

Como resultado de esta consagración, experimentaste el momento más importante de tu vida espiritual: tu matrimonio con Dios. Elegiste tu mejor atuendo, preparaste un anillo, invitaste a los testigos y te entregaste por completo al Todopoderoso. Y entonces, la boda se celebró. Hoy, te has convertido en la morada del Espíritu Santo.

Sin embargo, como en cualquier matrimonio, esta relación requiere cuidados diarios. No tiene sentido dedicar 21 días a conquistar a Dios e, inmediatamente después de la ceremonia, abandonarlo y volver a involucrarse en las cosas de este mundo. Si esto sucede, el resultado será inevitable: el fin del matrimonio espiritual. Esto es exactamente lo que les ha sucedido a muchos que una vez estuvieron unidos a Dios, pero ahora viven lejos de Él, incluso dentro de la iglesia.

Por lo tanto, mantener esta alianza requiere sacrificios diarios. Es necesario renovar continuamente el compromiso, la fe y la vigilancia. Solo así esta relación se mantendrá fuerte y viva.

El apóstol Pablo, en sus dos cartas a su hijo en la fe, Timoteo, le advirtió:

“Oh Timoteo, cuida lo que se te ha confiado. Evita las palabrerías profanas y vanas, y la oposición de lo que falsamente se llama conocimiento, el cual algunos profesan y se han extraviado de la fe. La gracia sea contigo. Amén.” 1 Timoteo 6:20, 21

“Cuida el bien que te ha sido confiado por el Espíritu Santo que mora en nosotros.” 2 Timoteo 1:14

“Cuidar” significa velar, defender, proteger, preservar, guardar; cuidar algo o alguien.

Por lo tanto, sigue haciendo todo lo que has hecho para "cuidar el bien que le fue confiado" que es el Espíritu Santo que ahora habita en usted, para mantenerlo a salvo y, en consecuencia, tu matrimonio con tu Creador intacto. Tu eternidad con Él depende de esto. Reflexione sobre eso.