Santa Cena de los Vencedores

Participe este Miércoles en el Templo de los Milagros y en todas las Universal del país

REFLEXIÓN

7/22/20252 min leer

Antecedente de la Santa Cena

La Pascua judía la instituyó Dios en memoria de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia, conforme a lo que está escrito en el Antiguo Testamento. En aquel contexto, el pan ázimo (sin fermento) y el vino ya estaban presentes en la celebración. Pero obtuvieron otro significado después de la Santa Cena de Jesús.

El texto bíblico relata que Jesucristo se sentó en la mesa con Sus 12 discípulos. Y «mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es Mi cuerpo. Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella; porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados» (Mateo 26:26-28).

El cuerpo y la sangre

Desde entonces, la Santa Cena del Señor se volvió símbolo del sacrificio de Jesús en la cruz. Este acto sucedió para el perdón de los pecados y salvación de la humanidad. «Con el gran martirio del Salvador, se instituyeron nuevas memorias, como Su muerte y resurrección. Pero, antes de que eso sucediera, Él pidió que todas las veces que Sus hijos participaran de aquellos elementos se acordaran de Su muerte»

Aunque ese momento remite a escenas tristes, «no se debe participar de esa celebración con tristeza, sino con alegría y gratitud por el amor y por la obediencia de nuestro Salvador. Pues solamente por medio de la muerte del Cordero, el hombre tiene su alma libre de la esclavitud espiritual»

La mayor de todas las victorias

A todos nos gusta vencer. En la vida, en el trabajo, en la salud, en el amor... la victoria siempre trae alegría. Pero, ¿Qué sucede cuando la lucha no es externa, sino interna? ¿Cuándo la batalla es contra uno mismo, contra pensamientos, sentimientos o situaciones que parecen imposibles de superar?

Hay luchas que no se ven, pero que desgastan más que cualquier otra. Y es en esos momentos, cuando nuestras propias fuerzas no son suficientes, que necesitamos buscar una fuerza mayor.

Ante los ojos de Dios, vencer es mucho más que ganar: es permanecer, es mantenerse firme en el camino de la Salvación, día tras día, a pesar de todo.

Para lograr esta victoria eterna, es necesario renovar las fuerzas que nos sustentan. Por eso, este Miércoles 23 de julio se realizará una oportunidad especial para todos los que desean seguir firmes y vencer: la Santa Cena de los Vencedores.

Le invitamos a asistir con una prenda de ropa blanca, como símbolo de pureza, renovación y entrega total.

Participe en el horario especial a las 6:30 pm, en el Templo de los Milagros, ubicado en la Av. México #20 casi esquina Duarte y en todas las Universal del país. Para ubicar la más cercana a usted, visite: https://www.universal.org.do/direcciones

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